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El Mensaje en la Botella de Cristal

Trapalanda

Trapalanda

 

 Hace un tiempo me había sobrecogió el progresivo y definitivo abandono de Ainielle un pueblo entre en las montañas pirenaicas de Huesca, narrado en primera persona por su último obstinado habitante, en forma de monólogo en " La Lluvia Amarilla" (libro de Julio Llamazares) ...

 En el reverso de la moneda, la experiencia de repoblación rural que puede disfrutarse en el siguiente documental del que hablaré. Espero que os guste Trapalanda.

  Tras disfrutar del programa de TVE "Crónicas" sobre las Tierras de Trapalanda" , en el que se da a conocer la experiencia en un lugar en el prepirineo de Huesca, donde grupos de jóvenes llevan años viviendo, rehabilitando ruinas e intentando una nueva forma de vida lejos de la ciudad, he llegado -vagabundeando por la red- al siguiente texto, de lo más lúcido que he podido leer últimamente,. No es la única experiencia en nuestro país. Cataluña, Navarra, País Vasco, Galicia...por toda la geografía hay salpicadas iniciativas de este tipo. Y no forman parte del pasado, como en principio podría parecer. Uno de ellos lo escribió : 

     La comunidad es un anhelo cada vez mayor para mucha gente. El individualismo imperante en nuestra sociedad deja a muchas personas insatisfechas y en parte bloqueadas, sin saber qué hacer para cambiar el estado actual de cosas. La acumulación de bienes materiales no supone una mayor calidad de vida y, mucho menos, es garantía de felicidad. Las desastrosas consecuencias de nuestro modelo de vida, basado en el
utilitarismo neoliberal y el capitalismo económico, son cada vez más evidentes, y van desde la destrucción de los ecosistemas naturales y las graves afecciones sobre el planeta en su totalidad, hasta el aumento de la desigualdad económica y la injusticia social, pasando por un crecimiento exponencial de los conflictos bélicos, de la represión “legal”
que ejercen los gobiernos y de los atentados terroristas.
     Ante esta situación, los gobiernos de las democracias occidentales se muestran impotentes para tomar decisiones claras y efectivas que pudieran cambiar las cosas. Maniatados por los grupos de presión, especialmente las grandes empresas multinacionales y, en algunos países, por el propio ejército y las fuerzas policiales, y con la mirada puesta en un electorado que sólo entiende de beneficios a corto plazo, nuestros gobernantes se limitan a gestionar el desastre lo mejor que pueden, sin plantearse atacar las causas de fondo que lo generan, temerosos de que si toman decisiones impopulares pueden perder las próximas elecciones y ser desalojados del poder.
     No es de extrañar por tanto que muchas personas conscientes de esta situación busquen desesperadamente alternativas para su forma de vida y para la creación de “otros mundos posibles”, donde el cuidado de las personas y de la naturaleza figure como un valor principal que oriente nuestras acciones. La mayoría de estas alternativas suponen vivir, trabajar o colaborar con otras personas en proyectos colectivos que ponen en cuestión nuestro propio ser, durante mucho tiempo entrenado para ser individuo, pero carente de las mínimas nociones para ser en grupo. Es aquí donde empiezan las dificultades.... [...]

del prólogo del libro "Camino se hace al andar" de José Luis Escorihuela  

 

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