Paredes susurrantes

( susurro, en las paredes del Café Bohemio de Lima )

Decía José Luis Sampedro, cuando trabajaba para una entidad financiera -antes de escribir- que gustaba de practicar su matutino ’ejercicio de libertad’. Era muy madrugador, y se presentaba en la oficina largo rato antes de la hora de entrada, permaneciendo sentado en un banco en la calle, en actitud contemplativa. Viendo la ciudad despertar en su actividad, tomaba notas en su libretita.. Un día, en esas le encontró el director del banco, que llegaba en su coche oficial:

-’Hombre! José Luis... buenos días! Qué hace Vd. aquí ?!’
-’Estoy practicando mi matutino ’ejercicio de libertad’ !’

Luego, pasada ya ’la hora de entrada’, cerraba su libretita y se incorporaba a su puesto...

Esta idea revoloteaba en mi cabeza, a raíz de unas palabras anónimas que he podido leer -pintadas en una pared- al torcer una de tantas esquinas del ’Barri Vell’. En este barrio (viejo) hecho a la medida de los hombres, que absorbió las antiguas murallas romanas de ’Barcino’... sus anónimas paredes susurran :

“ Nos consumimos día a día, nos ahogamos en el trabajo...”

Torciendo otra calle me sorprende de nuevo el mismo rezo, pintado en la pared... Prosigo más allá, atraído por sus curiosas pasarelas que unen las paredes de ambas orillas de la estrecha calle. En ellas, otro anónimo grito urbano dice :

“ Trabaja !
Obedece
No pienses
Consume”

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