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El Mensaje en la Botella de Cristal

Snowden, redes sociales, autorganización y autogestión

Si la gesta de Edward Snowden tiene algún simbolismo, bien podría ser el de habernos quitado la venda de los ojos.

En la propia comunidad que se decía defensora del software y el conocimiento libres, aún eramos muchos los que contradecíamos con alguna de nuestras prácticas lo que decían nuestras palabras. Usando redes sociales como Google+ (por poner un ejemplo) y otras aplicaciones que (de formas cada vez más sofisticadas) se alejan del respeto a la privacidad y la libertad del usuario. Estamos siendo (una vez más), partícipes de la mercantilización de internet y el socavamiento de las libertades fundamentales en internet. Cuando no pagamos o contribuimos de algun modo a un servicio del que estamos disfrutando, es que nosotros mismos somos el producto. Eso, algunos ya lo habíamos intuido y, tapándonos la nariz, conviviamos con ello. Pero lo que la intrépida acción del ciudadano Edward Snowden ha sacado a la luz pública, es que las grandes corporaciones cibernéticas (Google, Yahoo!, Apple, Microsoft, Facebook ... ) no sólo se lucran con la minería de datos (data mining) a la que someten cada click, o cada búsqueda que realizamos en  nuestro navegador, sino que además conforman el “Gran Hermano" que no se queda meramente en la explotación comercial. Facilitan información sensible y datos privados de nuestras vidas on-line a la C.I.A. . Si George Orwell se levantara de su tumba para comprobar que fue de su distopía narrada en “1984“, no podría creerlo al ver cumplida su profecía!.

 El caso es que, como dice Margarita Padilla en su recientemente editado "El Kit de la lucha en Internet", nos alejamos así "del espíritu contracultural de los primeros hackers que empezaron a tejer la red de redes allá en los años 60'". “En el que, la idea fundamental era crear un artefacto con el que cada cual pudiera hacer con él lo que quisiera”.

Abramos un paréntesis llegados a este punto. Hagamos un poco de historia cibernética. Hay que recordar que la eclosión del fenómeno que ha venido a revolucionar nuestras vidas nace de un engendro algo monstruoso : el matrimonio entre esos hackers de centro académicos como el MIT (Massachussets Institute of Technology) y entidades como la Rand Corporation o el Departamento de Defensa norteamericano que financiaron el proyecto es el que dió a luz el primer prototipo de internet. Eran los tiempos de la Guerra Fría. Los ingenieros utópicos y los militaristas. La época de “haz el amor y no la guerra” y de la guerra de Vietnam. Cerremos el paréntesis.

¿“Cloud computing”?, ¿“Computación en la red”?... los últimos infoutópicos cantos  de sirena de las redes de la red que nos acercan más aún al “Gran Hermano”.  Por si algún incauto no se había dado cuenta aún, no deriva más que en la sumisión de nuestras información personal y datos privados a dichas redes (Dropbox es la más popular).  ¿Qué como lo hacen? Simplemente haciendo una copia de nuestros archivos en los servidores de dichas redes. Más facilidades para los fisgones cibernéticos, por si fueran pocas...

Así pues, retomando el hilo, las contradicciones entre la red-biblioteca-universal y (como demuestra el caso Snowden-PRISM) la red-dispositivo-de-vigilancia-masiva se dejan sentir desde los principios de la red de redes.


¿Alternativas?. No, no es que no existan. Lo que a veces escasea es la voluntad y la responsabilidad personal de buscarlas y no digamos ya, de ponerlas en práctica. De salir del autoengaño en el que navegamos. Cuesta alejarse de la marca personal que a uno le dicen que hay que para triunfar en la nueva economía digital hay empezar a elaborar en la “Web 2.0“ (¿que hay de las despiadas formas de autocensura que el perverso fenómeno mimarca.com genera?). Otro termino bizarro éste de la “Web 2.0“ , acuñado por el quintacolumnista opensourcero Tim O’Reilly  (CEO de la corporación del libro técnico electrónico que lleva su apellido).


Alternativas son las redes sociales N-1, Anillo Sur y Saravea. Alternativas por autorganizadas y autogestionadas. Alternativas por acabar con las categorías que ponen a usuarios como meros consumidores de una aplicación a un lado y del otro al “staff” que de forma exclusiva se encargaría de desarrollar y mantener el buen funcionamiento de la red social. Alternativas por adherirse sin restricciones a la filosofía del software libre. Una nueva generación de redes, federadas entre sí, que promueven un estar consciente y algún día, el gran dispositivo que facilite que cada cuál pueda aportar transparentemente su granito de arena a ese gran arenero del que todos nos beneficiamos. Ese arenero llamado internet.

Dice un proverbio etíope que 1.000 arañas tejiendo a la vez, pueden atrapar al león.



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