ARMAND I, (en cuestión de días... uno más! )

Hoy me ha dicho un pajarito que vendrás antes de lo que esperaba, de visita. Vendrás en el vientre de tu madre. Pensava que seria yo el que, por deferencia, “daria el primer paso”... J. El caso,es que, al parecer, harás turismo familiar antes de lo que esperabas. Al cruzar el río Ebro a toda velocidad verás que el paisaje, tanto natural como humano, podria parecer –algunos dirán- que es diferente, pero, estoy convencido que te resultará extraño. Notarás algo, un matiz, a través de las ondas acústiques –amortiguadas por la bolsa del líquido vital que te abriga- que llegan a tus orejitas en formación. El acento es diferente al que percibes hasta ahora, pero, en seguida te darás cuenta de que, pensándolo bien, puedes detectar fácilmente el mismo color y sentimiento entre su palabras, incluso sin llegar a entenderlo por completo...

De hecho, con el tiempo podrás descubrir, a medida que vayas, poco a poco, atravesando barreras espaciales y mentales, el paisaje –en su aspecto humano- es una cosa algo subjetiva, en cierto modo. Probablemente aprendas –con el viaje y la lectura- a encontrarte como en casa, tanto entre indios quechuas del altiplano andino masticando la hoja sagrada de coca de los incas, como compartiendo un arroz con pollo y especias del mismo plato, comiendo con las manos...

Pronto podremos cantarte,

“Oh! Bienvenidos! Pasad, pasad,

las tristezas las esfumaremos

Que mi casa es vuestra casa

si es que hay... casas de alguien.”

(Sisa)

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